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10 comparaciones odiosas con las que entramos en un nuevo año de la desigualdad

 Muchos indicadores señalan la igualdad, uno de los cuatro valores superiores que proclama la Constitución, como la principal asignatura pendiente de la sociedad tras la crisis económica

Arsenio Escolar

Ya hemos cambiado de año. Ya hizo Mariano Rajoy el pasado viernes 29 de diciembre su autocomplaciente balance de 2017, para el Gobierno el tercer año triunfal de la recuperación económica… si se mira sólo a una parte de la sociedad española.

Tan fuera de la realidad parece en ocasiones el presidente del Gobierno que al día siguiente, el sábado 30, sufría un curioso lapsus en un acto público: “Termino deseando a todos ustedes y a sus familias lo mejor para el próximo año 2016”, remataba Rajoy su discurso en la inauguración de una obra pública en su tierra, Pontevedra, ante la estupefacción de los asistentes. Como si en su cabeza se hubiera borrado el mal 2017, lleno –pese a su autocomplaciente balance de la víspera- de sonoros fracasos políticos: de la crisis catalana al irresuelto problema de la sostenibilidad de las pensiones, de las nuevas tufaradas de la corrupción a las renovadas maniobras del Gobierno y del PP por controlar la Justicia.

2017 ha sido también y sobre todo el año en que se ha enquistado uno de nuestros principales problemas como sociedad: la desigualdad. El año en que, pese a la salida de la crisis económica, nos hubiéramos resignado a la conformación quizás irreversible de una sociedad dual, incumpliendo y vulnerando los poderes públicos nada menos que el artículo 1 de la Constitución, que propugna la igualdad como uno de los cuatro valores superiores del Estado, junto a los de la libertad, la justicia y el pluralismo político.

Algunos datos son especialmente indignantes, algunas comparaciones son especialmente odiosas. Por ejemplo estas 10:

Salario mínimo interprofesional. En España, 736 euros mensuales desde hoy, 707 hasta ayer. En nuestro entorno, entre 1,9 y 2,7 veces más. En Reino Unido, 1.396 euros. En Francia, 1.480. En Alemania, 1.498. En Bélgica, 1.531. En Países Bajos, 1.562. En Irlanda, 1.563. En Luxemburgo, 1.998 euros.

Salarios medios. Todos los datos, referidos a 2016, últimos homogéneos disponibles. Para el común  de los trabajadores en España, según el Instituto Nacional de Estadística, 1.878,1 euros brutos al mes, y bajando: un 0,83% menos que en 2015. Para los consejeros de las empresas del Ibex (las 35 mayores compañías cotizadas en la Bolsa española), según la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV), 53.666 euros brutos mensuales -28 veces más que el salario medio general-, y subiendo: un 1,25% más que en 2015. Para los consejeros ejecutivos de las compañías del Ibex, también según la CNMV: 230.833 euros brutos mensuales -127 veces más que el salario medio general-, y también subiendo: un 3% más que en 2015.

Salarios medios por sexos. Datos de la Encuesta Anual de Estructura Salarial del INE -publicada en junio de 2017, pero con datos de 2015-. Salario medio anual de los hombres: 25.992 euros. Salario medio anual de las mujeres: 20.051. Un 23% inferior.

Tasa de paro en Europa por países. Datos de Eurostat, la oficina europea de estadística, a octubre pasado. En la UE de 28 países, tasa del 7,4%. En el conjunto de la Eurozona, del 8,8%. En España, del 16,7%.

Tasa de paro juvenil –jóvenes de hasta 25 años- en Europa, también con datos de octubre pasado de Eurostat. En la UE de 28 países, tasa del 16,5%. En la Eurozona, del 18,6%. En España, del 38,2%.

Reparto de la riqueza. La brecha se agranda. La desigualdad de patrimonio entre los hogares se ha duplicado en 12 años, según la Encuesta Financiera de las Familias, del Banco de España. En 2002, el 50% de hogares más ricos tenía un patrimonio medio 6,6 veces mayor que el del 50% de hogares más pobres. En 2014, la diferencia ha pasado a ser de 12,2 veces. Expresado de otro modo: la mitad más rica del país ha incrementado su patrimonio medio en un 29% mientras que la mitad más pobre lo ha reducido en un 30%.

Reparto de la riqueza II. Entre 2002 y 2014, según el Banco de España, el 10% de los hogares más ricos ha incrementado un 53% su patrimonio. En el mismo periodo, el 25% de hogares más pobres han perdido un 108% de su patrimonio neto. No es una errata: en 2014 sus deudas superaron por primera vez el valor de sus activos. Si se aplica la lupa a esta parte de los hogares más desfavorecidos, algunos detalles dan escalofríos: el 52% de ese 25% de los hogares más pobres tenía en 2014 una carga de deuda superior a tres veces su renta anual, y el 21% de ellos tenía que pagar por su deuda una factura anual de intereses que superaba el 40% de sus ingresos.

Pobreza severa, aquella por la que un segmento de la población dispone de unos ingresos tan bajos que difícilmente puede permitirse un nivel de vida digno. La tasa ha aumentado un 55% entre 2007 y 2015, pasando los afectados de 1,8 a 3 millones de personas en el conjunto de España, según  el Barómetro Social de España, un proyecto de evaluación continua de la situación social de España realizado por Colectivo Ioé. Subió del 4,1% en 2007 al 7,6% en 2014, y bajó al 6,4% en 2015, «reducción probablemente ligada al aumento de medio millón de empleos en dicho año y los consiguientes ingresos salariales».

Pobreza. Coeficiente o índice de Gini, el indicador de la desigualdad que mide entre 0 y 1 el grado de dispersión en el nivel de renta entre un grupo de población determinado. El índice es un número entre 0 y 1. Cuanto mayor es, más desigualdad. Según el INE, en 2008 en el conjunto de España era de 0,324. En 2016, de 0,347.

Pobreza. Indicador AROPE (At-Risk-Of Poverty and Exclusion), que mide el riesgo de pobreza y exclusión social. En España, en 2008, alcanzaba al 23,8% de la población, en 2014 llegó al récord del 29,20% y en 2016 -último dato disponible- aún estaba en un altísimo 27,90%.

Los datos son tan contundentes que se comentan solos. Si este era el mapa final de la salida de la crisis, ¿realmente hemos salido de la crisis?

01/01/2018 – 20:37h

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