Cuando el fraude fiscal roza los 90.000 millones; cuando la presión fiscal en España está 7 puntos por debajo de la UE; cuando hay dinero para rescatar a la banca; cuando la corrupción llena los paraísos fiscales, decir que no hay dinero es una falacia. Además el estado venía destinando al pago de pensiones un porcentaje del Producto Interior Bruto (PIB), es decir de la riqueza que se crea cada año, sustancialmente inferior al de la UE. La clave de la financiación y por tanto de la sostenibilidad de las pensiones está en la riqueza que se crea y en cómo se distribuye. Es vergonzoso en que el gobierno decía que somos el país de Europa que ha crecido más – más de un 3% – y tener la ley que hizo el PP saltándose incluso el pacto de Toledo que daba a los pensionistas un aumento del 0,25%. ¿Quién se queda este aumento del 3% de la riqueza del país?
El colmo es que cuando el gobierno quiere dar ventajas económicas a los empresarios muy a menudo elige darles reducciones de las cotizaciones sociales poniendo en peligro las pensiones al reducir los ingresos. Si quiere ayudarles que rebaje el precio abusivo de la electricidad en España que está haciendo que las empresas químicas se vayan a otros países europeos con la electricidad más barata.