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El 4 de Febrero entrará en vigor el Tratado de Libre Comercio con los EEUU, el segundo desembarco de Normandía, pero esta vez desde Bruselas. Todo ello se ve agravado en europa por la tremenda crisis humanitaria provocada por las guerras de Oriente.¿Sonará el gran despertador de conciencias?
CUATRO DE FEBRERO 2016: LA OTRA INVASIÓN
Europa es una amalgama de países gobernados por gentes sin escrúpulos, amas de llaves de ricos sin fronteras, que se ponen de acuerdo fácilmente con sus amos en todo tipo de asuntos que mermen el bienestar y la voluntad popular, de ahí las leyes que recortan derechos y libertades en países como España, Inglaterra o Francia, a los que se van añadiendo otros, como los Países Bajos, que parecían más respetuosos en esos terrenos.
Y es el caso que también sus ciudadanos están cambiando, pero a peor. ¿Por qué?… ¿Qué es lo que está haciendo cambiar de tal manera el modo de ser tolerante, acogedor, y generoso del europeo medio? En primer lugar, la pérdida de valores éticos generalizada y la predominancia del individualismo y del materialismo como paradigmas de comportamiento individual y colectivo. En segundo lugar, esta crisis sistémica inyectada en toda Europa y traducida en la vida cotidiana de las gentes en restricciones, inseguridad y desconfianza hacia el futuro y- por extensión- a cualquiera que pudiera suponer una supuesta amenaza a su bienestar en declive, como es el caso de los inmigrantes y de los que buscan refugio.
Y por si esto fuera poco, el 4 de Febrero próximo entrará en vigor el Tratado de Libre Comercio con los EEUU, el segundo desembarco de Normandía, pero esta vez desde Bruselas.
Este Tratado, que poca oposición encuentra, es la peor agresión que vamos a sufrir los pueblos del viejo continente desde la segunda mundial. Pero esta vez sin guerra, porque la guerra ha sido ganada provisionalmente por el gran capital que ahora impone a los trabajadores y clases medias las condiciones de su victoria.
Tras largas y secretas negociaciones a espaldas de los diferentes parlamentos y ciudadanos de Europa entre los nuevos señores feudales del mundo y la Unión Europea, ningún gobierno por muy democráticamente elegido en las urnas que resulte, podrá tomar decisiones que lesionen los intereses de las multinacionales y los grandes buitres financieros, mientras, a su vez, cada gobierno seguirá con las privatizaciones de los servicios públicos básicos y con el desmantelamiento del estado del bienestar, sustituido progresivamente por el austericidio. Esto generará más desempleo, más rebajas salariales y más pobreza, hambre y exclusión social en toda Europa, aunque siempre se va a anotar más en los países del sur. La Unión Europea no ha servido, y menos lo hará en adelante, para equilibrar la diferencia entre el norte y el sur.
En adelante, las decisiones de los gobiernos europeos han de someterse a los dictámenes de tribunales concertados entre las grandes corporaciones industriales y financieras. Y esto entrará en vigor el 4 de Febrero de 2016. O sea, pasado mañana como quien dice.
Una fatídica fecha
A partir del 4 de Febrero, si un gobierno elegido en las urnas diseña políticas sociales favorables a los más desfavorecidos o decidiese nacionalizar bienes y servicios básicos como las comunicaciones, la electricidad o el gas, pongamos por caso, puede ser llamado al orden y obligado a someterse al dictamen de los tribunales internacionales.
A partir del 4 de Febrero, si un gobierno decidiese que ciertos alimentos son dañinos para la salud contra el parecer de alguna poderosa multinacional que los fabrica, ese gobierno va a ser imputado como se imputa a un presunto delincuente, juzgado y multado correspondientemente por esos nuevos tribunales a los que nadie ha elegido. Nadie de nosotros, se entiende.
Este juego canallesco consentido por una institución tan perniciosa para los trabajadores y clases medias como es la Unión Europea, pone en jaque mate a las democracias, cada vez más parecidas a estados policiales sometidos a ese nuevo orden internacional, el llamado Nuevo Orden Mundial, dirigido por el neoliberalismo y sus ejércitos OTAN.
A partir del 4 de Febrero Europa se despide de una de sus señas de identidad internacional: las libertades democráticas. Claro está que estas nunca fueron como para tirar cohetes en países como los del sur que tanto tenemos en común, como la corrupción y los ejércitos de sinvergüenzas ocupando cargos públicos y robando a espuertas hasta dar en la cárcel… los de la segunda fila. Solo ellos. Pero si hasta ahora ha sido así, en adelante sufriremos otro tipo de acoso, y es el referente a las libertades públicas y derechos humanos y sociales. Insisto en esta idea.
¿Derechos humanos y cristianismo?… ¿Donde?
La española ley Mordaza – que en esto de reprimir España es siempre pionera- ya puso ante los ojos del mundo la punta del iceberg que se escondía bajo una espesa capa de aparente nobleza de los gobiernos de los países del norte. Han bastado tragedias como los atentados terroristas en Francia y la llegada masiva de refugiados para que la careta de la doble moral típica de los gobiernos europeos norteños salte por los aires y muestre su verdadero y canallesco rostro: el desprecio a la libertad de sus ciudadanos y el desprecio a la vida de la riada de refugiados de las guerras de Oriente. Y en ambos casos, los belicistas gobernantes europeos tienen una responsabilidad directa por haber metido la mano que roba y los aviones que matan en Irak, Libia, Siria. Así que cientos de miles de sus desesperadas víctimas supervivientes tocan a la puerta de los responsables de su desgracia atravesando el mar de sus muertos, que es el Egeo. Y ¿qué encuentran estas criaturas hambrientas y muertas de miedo? ¿La mano tendida de supuestos defensores de los derechos humanos y la civilización cristiana para acoger las consecuencias de sus propias canalladas? No. Nuevas canalladas, lo cual no es propio de cristianos, sino, claro está, de canallas.
Comportamientos nazis
Con un trato propio de gentes sin atisbos de conciencia ni humanidad, los gobernantes europeos tratan peor que a sus perros a los que les lanzan gritos de auxilio. Primero levantaron muros de concertinas a velocidad de vértigo mientras ya planean levantar un muro gigantesco ante Grecia para evitar que pase ni uno más. Pero a los que ya pasaron les esperan nuevas desgracias. Inglaterra va a poner un impuesto especial a las empresas que acojan inmigrantes, mientras Alemania, Holanda y Dinamarca han decidido desvalijarles de todo cuanto de valor posean. Esto no solo recuerda el proceder de los nazis contra los judíos, sino que lo imita. Y lo que es más grave: cuenta, como entonces, con el silencio cómplice de la mayoría de ciudadanos que miran para otro lado. Así que el terreno para el segundo desembarco de Normandía está más que abonado.
Una y otra vez me hago la misma pregunta: ¿cuándo sonará el gran despertador?
23 de enero de 2016