Un ejemplo de la parcialidad de la RTVC a favor de los fondos privados de pensiones – por Julián Ayala y Luis Serichol
El pasado día 28 de diciembre, el programa “Buenas tardes, Canarias”, de la RTVC, dedicó un pequeño espacio al problema de las pensiones públicas. Como invitados, una jubilada con una pensión mínima, que describió los equilibrios que debía realizar para llegar a fin de mes (por cierto, en cuanto intentó meterse con las facturas de Endesa ya no se le volvió a dar la palabra), y un economista, en calidad de experto, que debía explicar qué podemos esperar del futuro del sistema público de pensiones.
Un ejemplo de la parcialidad de la RTVC a favor de los fondos privados de pensiones por Julián Ayala y Luis Serichol, presidente y vicepresidente de la Asociacioón para la Defensa de las Pensiones Públicas de Tenerife *
El pasado día 28 de diciembre, el programa “Buenas tardes, Canarias”, de la RTVC, dedicó un pequeño espacio al problema de las pensiones públicas. Como invitados, una jubilada con una pensión mínima, que describió los equilibrios que debía realizar para llegar a fin de mes (por cierto, en cuanto intentó meterse con las facturas de Endesa ya no se le volvió a dar la palabra), y un economista, en calidad de experto, que debía explicar qué podemos esperar del futuro del sistema público de pensiones.
PROPAGANDA DE LOS FONDOS PRIVADOS.
Este experto definió la situación de forma muy sencilla: El sistema es sostenible, pero lo que no es sostenible son los importes de las pensiones actuales. Justificó su afirmación con los argumentos a que nos tienen acostumbrados los propagandistas de los fondos privados de pensiones; es decir, que la población española cada vez vive más años, que hay menos trabajadores para cotizar a la Seguridad Social, que el índice de natalidad es muy bajo… y que, en definitiva, cada vez hay menos ingresos para las pensiones y más gastos por las mismas.
Somos miembros de la Asociación por la Defensa de las Pensiones Públicas de Canarias y el tema, lógicamente, nos interesa. Si hubiésemos tenido oportunidad, habríamos contestado a ese economista que, aunque el aumento de la esperanza de vida es cierto como tendencia general, desgraciadamente (y esperemos que de manera coyuntural), la expectativa de vida de la población, hoy por hoy, está retrocediendo en España y, naturalmente en Canarias. Especialmente entre las mujeres y seguramente como consecuencia, entre otras cosas, de las bajas pensiones, que no permiten a los y las pensionistas hacer frente a gastos imposibles para sus economías, como el copago farmacéutico (en muchas ocasiones deben elegir entre medicarse o comer), el no poder adquirir los más de 500 medicamentos que ya no cubre el sistema o, en muchos casos, no poder seguir las dietas que les son recomendadas, porque las papas y la pasta resultan mucho más económicas que el pescado o la ternera.
También le habríamos dicho que, como señalan los demógrafos Pau Miret y Pilar Zueras, “la pirámide de edad en España no está envejecida”. Las edades en las que en estos momentos hay más población están entre los 38 y los 59 años (las generaciones del baby boom) y se encuentran, por tanto, en plena etapa laboral. Es decir, no es que falten trabajadores, lo que falta es trabajo.
Afirmar que el aumento de la esperanza de vida es el principal problema de las pensiones es falso. El problema, dentro del sistema actual de la Seguridad Social, es la falta de cotizantes (por el paro) y la precariedad del empleo que se está creando, que hace que las cotizaciones sean menores. Según Oxfam Intermón, entre 2008 y 2014 los trabajadores más pobres han sufrido un 28 por ciento de pérdida salarial y la reciente creación de empleo precarizado, de la que tanto se vanaglorian nuestros gobernantes, sólo ha hecho aumentar los ingresos de la Seguridad Social un 1 por ciento, mientras que los gastos se incrementan un 3 por ciento anual. Bastaría revertir las políticas antisociales puestas en práctica estos años, entre ellas y muy especialmente, las llamadas reformas laborales, así como las bonificaciones a las cuotas patronales (con el cínico argumento de “crear empleo”), para que la situación de los trabajadores y, por tanto, de las cotizaciones a la Seguridad Social, mejoraran. Sin embargo, el Gobierno del PP no está dispuesto a esto. Al contrario, lo que ha hecho ha sido desvalijar el Fondo de Reserva de la Seguridad Social (la llamada “hucha de las pensiones”), que de 68.815 millones de euros que tenía en 2011, un año antes del acceso del PP al poder, ha quedado reducido en sus cuatro años de gobierno a 15.195 millones, lo que hace muy problemático el pago de las pensiones el próximo año.
EL ESTADO, RESPONSABLE ÚLTIMO.
Además, le recordaríamos al experto de “Buenas tardes, Canarias” que el Estado es el responsable último de garantizar las pensiones (art. 50 de la Constitución), y que si hasta ahora lo ha hecho mediante el sistema de la Seguridad Social, que es un simple instrumento estatal, visto que tal instrumento no funciona (ya hemos dicho por qué), o no va a funcionar en el futuro, lo que tiene que hacer es cambiarlo por otro que sí funcione. Por ejemplo, sufragar las pensiones a través de los Presupuestos Generales.
Porque es el Estado quien por mandato constitucional debe proporcionar los recursos para garantizar los derechos sociales y en este país hay recursos de sobra para ello. El problema es que estos recursos están cada vez más en menos manos, como muestran unos sencillos ejemplos: La presión fiscal en España es siete puntos inferior a la media de la eurozona y el porcentaje del Producto Interior Bruto (el PIB, la riqueza total del país) dedicado a pensiones en España es cuatro puntos inferior al que dedican naciones de nuestro entorno como Francia, Italia o Alemania. Si se dedicase a las pensiones el mismo porcentaje del PIB que en esos países, se podría aumentarlas en más de 500 euros mensuales.
Por otra parte, es comúnmente aceptado, y así lo ha denunciado el propio Sindicato de Técnicos del Ministerio de Hacienda, que el fraude fiscal en España alcanza los 90.000 millones de euros anuales y la economía sumergida los 250.000 millones, mientras el Gobierno apenas aporta recursos para mitigar ese tremendo robo a la sociedad. Como puede comprobarse, hay dinero de sobra para garantizar los derechos sociales de este país, la sanidad, la educación, la dependencia y las pensiones; pero el Gobierno hace sistemática dejación de su responsabilidad.
OTRAS PRIORIDADES.
Sus prioridades son otras, por ejemplo, aportar 5 mil millones de euros para el rescate del negocio privado de las autopistas radiales de Madrid, que ha resultado ruinoso para sus propietarios, o aumentar el presupuesto militar en más de 1.800 millones antes que subir las pensiones de 2017 según el Índice de Precios al Consumo (IPC), que ocasionaría un gasto sobre los 1.300 millones.
Por lo visto, el programa televisivo “Buenas tardes, Canarias” no es para debatir los asuntos de que trata y por tanto no cabía plantear todos estos temas, pero como en pantalla figuraba un número de teléfono para la participación de los espectadores, lo marcamos con la ilusa intención de poder decirle al señor economista solamente que en nuestra opinión es el Estado como tal –y no la Seguridad Social, un simple instrumento de aquel– quien debe garantizar no sólo el sistema público de pensiones, sino también el mantenimiento del poder adquisitivo de las mismas. Pero ni eso pudimos decir. Los filtros de que dispone el programa lo impidieron.
MISTERIOS DE LA ARITMÉTICA.
Entendemos que, como no se cansa de repetir su conductor, “Buenas tardes, Canarias” es un programa en el que siempre se busca el aspecto positivo de los temas a tratar, lo que no nos parece ni bien ni mal. Lo que sí nos parece muy mal, y realmente nos tiene harto, es que los programas de esa cadena, que no es necesario recordar que la pagamos entre todas y todos los canarios, no reflejen la pluralidad de la sociedad y la libertad de expresión a que tenemos derecho. Es indignante que sólo se recabe la opinión en un tema tan sensible de quienes, en una situación dramática para tanta gente, sólo plantean como solución recortar aún más las pensiones, cuando tantos economistas de prestigio sostienen que las pensiones públicas no sólo pueden mantenerse, sino que deben incrementarse según el IPC. Esto lo han aprobado recientemente en el Congreso todos los grupos parlamentarios, excepto el del PP, cuyo Gobierno ha vetado la resolución, porque sería un gasto excesivo (1.300 millones de euros). Por lo visto, el gasto militar y el del rescate de las autopistas de peaje de Madrid, al que nos hemos referido más arriba (6.800 millones), no lo es. Misterios de la aritmética.
ESPERAMOS SENTADOS.
¿Para cuándo un programa de la Televisión Canaria en que se puedan debatir éstos y otros datos y pareceres que, estamos seguros, contribuirían a aclarar y apuntar soluciones realistas al problema de las pensiones en nuestro país, mucho más que los soliloquios falsamente técnicos a que nos tiene acostumbrados el pensamiento dominante, del que el “Buenas tardes, Canarias” que estamos comentando se ha hecho eco el pasado 28 de diciembre?
Esperaremos sentados, para no cansarnos.
* Por la Asociación para la Defensa de las Pensiones Públicas de Canarias
Julián Ayala Armas, Presidente
Luis Pérez Serichol. Vicepresidente